DECORTICACIÓN PULMONAR
Como consecuencia de una infección pleural antigua o de una hemorragia pleural por traumatismo u otra causa, se puede formar una corteza fibrosa sobre la superficie del pulmón que le impide ventilar adecuadamente y reduce su volumen, con lo que se llega a un estado de insuficiencia ventilatoria crónica. Para poder conseguir que el pulmón vuelva a estar libre y recuperar su tamaño normal, es preciso extirpar esa corteza realizando una intervención que se denomina DECORTICACIÓN.
Se lleva a cabo bajo anestesia general y realizando la apertura del tórax entre dos costillas (toracotomía). Entonces se procede a extirpar la corteza fibrosa que envuelve al pulmón y a la pleura. Seguidamente se cierra la herida, dejando unos tubos de drenaje que deben permanecer durante un tiempo variable, generalmente entre 3 y 15 días, aunque en ocasiones puede ser más prolongado.
Como en cualquier intervención quirúrgica pueden existir una serie de COMPLICACIONES GENERALES: complicaciones anestésicas; infección de la herida; infección pulmonar o urinaria; hemorragia que precise transfusión de sangre e incluso reoperación; retención de secreciones bronquiales; alteraciones del ritmo cardiaco; trombosis venosa en miembros inferiores extensible al resto del sistema vascular; úlcera gastroduodenal; insuficiencia renal o respiratoria; parálisis intestinal y retención urinaria.
Como COMPLICACIONES ESPECÍFICAS de este procedimiento se pueden reseñar:
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Hemorragia, por la que sea preciso reabrir la herida.
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Fuga aérea prolongada, que obligue a mantener los tubos de drenaje durante más tiempo de lo habitual e incluso a reoperar.
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Lesión del conducto torácico (quilotórax).
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Lesión del esófago.
En estos dos últimos casos, el paciente deberá permanecer con alimentación por vía venosa hasta su curación.